febrero 04, 2009

The Greatest

El hombre, mortificado por las dudas, entra al confesionario.
─Buenas tardes, padre.
─Buenas tardes, hijo. Cuéntame tus pecados y arrepiéntete.
─Bueno... es que... no vine precisamente por eso... es más bien que tengo una duda.
─Anda, hijo. Pregunta, entonces.
─Padre, ¿cómo es Dios?
─Ay, hijo... me pones en un predicamento... verás... Dios no es hombre... y tampoco es mujer. Dios no es blanco... y tampoco es negro. Dios no es bueno... y tampoco es malo...
─¡Padre! ¡Usted me está hablando de Michael Jackson!

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