Sale de la cantina un borrachito, tambaleándose, y canturreando Paloma querida de José Alfredo Jiménez. Así va, zigzagueando por varias calles, hasta que un policía se cruza en su camino, y se dirige a él de la siguiente manera:
―Caballero, está usted detenido.
A lo que el borrachito responde.
―Muchas gracias, oficial... ya me iba yo a caer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario