diciembre 08, 2010

El trato

Una mujer con un cuerpo similar al de Sofía Vergara, un rostro angelical, unos ojos cautivadores, unos labios carnosos y una sonrisa Crest... pero tartamuda, llega a la maderería. Se acerca al carpintero, y le dice:
―Didididididiscucucuculpe... ¿Cucucucucuánto me cococobra popopopor hacer una cacacacacama mamamamatrimonial...?
―Pues, le sale en unos tres mil pesos, señorita ―contesta el carpintero.
―¿Y si yo popopopopongo la mamamamamadera?
―¡No, pues entonces le sale gratis, mi reina!

diciembre 06, 2010

En el establo

¿Qué hace una vaca encima de un caballo?

Vacabalgando...

diciembre 01, 2010

Crawl

Un señor pidé un café en el restaurante después de haber allí comido. El mesero se lo sirve y el comensal, a punto de dar el primer sorbo, ve una mosca nadando en su bebida. Le hace una seña al mesero, y éste acude a la mesa. El comensal, indignado, increpa así al mesero:
―¡¿Me quiere usted decir qué es esto?!
El mesero se asoma a la taza y responde:
―Es estilo mariposa.

noviembre 29, 2010

Location, location, location...

Llega una señora poblana, con su vestido de flores, su collar quesque de perlas y su cartera de mano, al doctor... acompañada de su hija de dieciséis años, ésta con shorts cortísimos, ombliguera, el cabello parcialmente teñido de amarillo y mascando un chicle. Toman asiento dentro del consultorio, y el doctor comienza a hablar:
―Señora, pues... tengo los resultados de los análisis de su hija y... bueno... pues me temo que está embarazada.
―Ay, doctor, ¿está usted seguro?
―Señora, los análisis no mienten.
―Ay, doctor... pero... ¿cómo...?
―Pues, ¿qué quiére que yo le diga?
―Ay, Dios mío... pero... Oiga, doctor, ¿y no pudo haber ocurrido en un sanitario público?
―Pues sí, señora... sí... pudo haber sido ahí. Pero le aseguro que es muy incómodo.

octubre 27, 2010

Disney World III

¿Cuál es el personaje de Disney que siempre estará a tu lado?

Aladín...

octubre 01, 2010

La guerra de los pasteles

Están dos pasteles en el horno, y de repente uno dice:
—Uta... ¡qué calor hace aquí!, ¿no?
Y el otro dice:
—¡Ah, no mames! ¡Un pastel que habla...!

Mala suerte con las mujeres

Estaban Mario Molina, Silvio Rodríguez y José Emilio Pacheco en una cantina, y de repente dice Mario Molina:
—No, pues la verdad es que nosotros los químicos, en particular, y los científicos, en general, tenemos mala suerte con las mujeres. Nuestro trabajo es muy absorbente, nos exige mucho, le dedicamos mucho tiempo... nuestras mujeres se sienten abandonadas y terminan yéndose con otros. De modo que nosotros los científicos tenemos muy mala suerte con las mujeres.
—Eso no es nada —dice Silvio Rodríguez—: Para mala suerte con las mujeres, nosotros los cantautores. Muchas se enamoran de nosotros, sí, quedan seducidas con nuestro arte, nuestra música, pero a los dos días nos abandonan y nos olvidan. Muchas nos llegan a querer, pero todas nos terminan rompiendo el corazón, y no tenemos más remedio que convertirlas en canciones. De modo que somos nosotros los cantautores los que realmente tenemos mala suerte con las mujeres.
—Nada de eso —dice José Emilio Pacheco—. Los que sí tenemos mala suerte con las mujeres, y vaya que tenemos mala suerte con las mujeres, somos nosotos los escritores: Casi todos somos casados...

agosto 28, 2010

Lana virgen

¿De dónde se obtiene la lana virgen?
De las ovejas feas.

Ignacio

—¡Mamá, mamá...! En la escuela me quieren echar queso...
—Ay, cállate, Nacho...

Los hijos de Supermán

¿Por qué los hijos de Supermán no se pelean entre sí?
Porque son Supermancitos...

junio 08, 2010

El Calacas conoce a Drácula

A petición del público:

Iba el Calacas en su Caribe '86 color azul cielo condiciendo en Transilvania, cuando le cae la noche y se ve perdido en un bosque en las afueras de la ciudad. Sigue conduciendo, perdido, cuando se le poncha una llanta y se baja a revisarla. Luego de emitir el diagnóstico sobre el neumático, va por la refacción y la llave de cruz para cambiarla. Cambiándola está cuando sobre su espalda, iluminada por un claro de luna, se proyecta la sombra del conde Drácula. El Calacas advierte la presencia y de inmediato voltea. Su rostro se ha puesto pálido. El aparecido se presenta:
—Yo soy...Drácula...
Sin saber qué hacer, el Calacas voltea hacia todos lados instintiivamente, cuando se da cuenta de que en su mano derecha tiene la llave de cruz. En ese momento la alza y se la enseña a Drácula. Drácula suelta una risotada:
—¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¿Y tú crees, ingenuo mortal, que yo, ¡el conde Drácula!, le tengo miedo a la cruz...?
—¿Ah, no? —pregunta irónico el Calacas... en ese momento se lanza sobre Drácula y lo agarra a chingadazos con la herramienta, diciendo: —¡Pues toma, y toma, y toma, y toma...! ¡A ver si le vas teniendo miedo!

La cuerda

Dos locos conversan en el manicomio:
—Oye, Teodomiro.
—Dime, Eufemio.
—¿Y tú estás casado?
—¿Yo? Sí... yo estoy casado.
—Ah... ¿con una loca?
—No: con una cuerda.
—Ah. ¿Y dónde vive?
—En una guitarra...

mayo 14, 2010

Sondeo

Un reportero anda haciendo un sondeo sobre las próximas elecciones presidenciales, y en su andar se encuentra a una prostituta, y le pregunta lo siguiente:
-¿Y usted que le pediría al próximo presidente?
A lo que la trabajadora nocturna le responde:
-Pues... lo mismo que a todos, ¿no? $500 y el cuarto.

Memorias

Estaban los dos viejitos sentados en una banca del parque, cuando de repente el viejito le dice a su mujer:
     ―Dorotea... he tomado una decisión.
     ―Muy bien, Teodomiro. Te felicito. Y, ¿qué decisión es ésa? le pregunta ella.
     ―He decidido que voy a escribir mis memorias... ¿Te acuerdas de algo...?

La diferencia

Estaban dos viejitos sentados afuera de su casa, viendo pasar el tiempo, cuando de repente la viejita le da un manazo a su esposo. Y le explica:
-Esto es por cincuenta años de mal sexo.
Los dos viejitos vuelven a su contemplación, cuando de repente el viejito se voltea y le mete dos cachetadas guajoloteras a su esposa. Y le explica:
-Eso es por saber la diferencia.

mayo 04, 2010

El robo

-Oye, ¿es verdad que a Shostakóvich le robaron su auto?
-Sí, es verdad. Pero no fue a Shostakóvich, sino a Stravinsky. Y no fue su auto, fue su bicicleta. Y no se la robaron, se la compró.
-Ah...

mayo 02, 2010

Las Olimpiadas de las Putas

Eran los Juegos Olímpicos de las putas... La prueba era: a la puta le vendaban los ojos y la penetraban con una fruta; entonces tenía que adivinar de qué fruta se trataba. La representante de la República Checa pasa al centro del estadio, le vendan los ojos y la penetran con un melón. Pasan unos segundos y exclama:
-¡Méloný!
Los jueces dan por bueno el resultado y la afición checa, pletórica de júbilo, corea el nombre de Zdenka Vlátskova, ondea banderas y canta el himno nacional checo.
Toca su turno a la gringa, que es penetrada con un mango, y luego de unos segundos exclama:
-¡Mangoe!
El público gringo explota en júbilo, gritan "iu-es-ei" y agitan banderas gringas.
Toca el turno a la brasileña, que es penetrada con una guanábana. La carioca responde:
-¡Graviola! (Guanábana en portugués.)
El público explota en alegría, tocan la batucada, bailan samba y cantan el himno de Brasil.
Va la mexicana, que es penetrada con un... con un... ¿kawe? ¿kiwe? ¿kowi...?
(EL QUE LEE O ESCUCHA EL CHISTE DICE:) -¡Con un kiwi!
(EL QUE CUENTA EL CHISTE DICE:) -¡Bravo, puta!

Tercera edad

La abuela le dice al abuelo:
-Viejito... hazme el amor...
-El abuelo extiende la mano con la palma hacia abajo, y comienza a mover hacia arriba y hacia abajo, alternadamente, los dedos meñique, anular, medio e índice, haciando una especie de ola.
-¿Qué? -Replica la abuela-, ¿acaso me vas a hipnotizar?
-No, pendeja: ¡Escoge!

El vendedor más grande del mundo

Llega un judío a Wal-Mart a pedir trabajo, y llega el turno de que lo entreviste el gerente. Presenta su currículum, el gerente lo lee y le dice:
-¿Es usted judío?
El judío, orgulloso de su origen, contesta:
-Sí, lo soy.
El gerente de Wal-Mart, al oír esto, cierra el fólder y le dice al entrevistado:
-Caballero, está usted contratado. Puede empezar usted a trabajar inmediantamente.
El judío, sorprendido ante tal reacción, dice.
-Muchas gracias, en verdad me honra usted, pero, ¿puede decirme a qué se debe su decisión tan súbita?
-Bueno, sucede que ya tenemos en nuestro equipo a un judío y ha reusltado un empleado ideal. Venga usted: sígame por este pasillo; al final encontrará una puerta, y ahí adentro, en ese cuarto, verá a su colega.
El judío anda el pasillo, abre la puerta, y encuentra al otro judío con un cliente:
-...pero si se va usted a llevar esos anzuelos, deberá usted también adquirir ¡esta magnífica caña de pescar! Resistente, bella, cuidada, única en su género y muy fuerte, porque usted, se ve, es un hombre que no va a andar pescando charales, sino esturiones...
-No sé -dice el cliente-, no estoy muy seguro...
-¿Cómo no? Si se nota su experiencia en el arte de la pesca. Y se nota que usted pescará no sólo un esurión, sino todo un cardumen de esturiones, para lo cual necesitará ¡esta magnífica red!
-No creo que sea lo más sensato -dice el cliente.
-¡Pero por favor! Si se nota inmediatamente el tipo de hombre que es usted: ¡Un pescador nato! Y estoy seguro de que usted no se quedará a pescar en las márgenes del río, sino que se irá a adentrando cada vez más para enriquecer su botín... para eso tenemos ¡Esta espectacular lancha motorizada!
-Pues no sé...
-Y como usted no se va a quedar solamente una hora o dos pescando, sino dos o tres días, ¡esta tienda de campaña es la ideal! Térmica, impenetrable, fácil de montar...
-Pero, ¿y cómo voy a transportar todo esto?
-Ah, pues para eso tenemos para usted... ¡Esta Chevrolet último modelo, cuatro caminos, de dimensiones astronómicas, útil para el campo y la ciudad, con la cual usted podrá hacerle ver al mundo quién es el mejor pescador de todos!
-¡Sí! -Exclama el cliente-. Tiene usted razón. ¡Me lo llevo todo!
Se completa la transacción, y el nuevo empleado judío se acerca al experimentado para decirle:
-Colega, me sorprende su habilidad para vender. El hombre venía por unos anzuelos, y usted terminó vendiéndole una caña, una red, una lancha, una tienda de campaña y un automóvil.
-Sí, muchas gracias, pero aquel hombre no venía por unos anzuelos.
-¿Ah, no? ¿Entonces?
-Venía por unos Tampax para su esposa. Pero le dije que como se le chingó el fin de semana, mejor se fuera de pesca.

abril 22, 2010

Una tortuga en el cine

Teodomiro Agúndez estaba aburrido, con su tortuga , hasta que se le ocurre ir al cine a ver una película. Pero como no quiere dejar sola a su mascota, la lleva. Al llegar a la taquilla, le dice al joven de la ventanilla:
-Dos para "Bastardos sin gloria", por favor.
-Caballero, me disculpa, pero aquí no está permitido entrar con animales.
Contrariado, Agúndez se vuelve a su casa. Horas más tarde se le ocurre una idea genial: se esconderá la tortuga en el pantalón, y cuando haya logrado entrar al cine, se abrirá la bragueta para que el quelonio pueda ver la película.
Eso hace y se encuentra nuevamente en la taquilla.
-Uno para "Bastardos sin gloria", por favor -dice nervioso.
Le expenden el boleto y entra. La sala está llena y Agúndez sólo encuentra un lugar al lado de una pareja; a su derecha, la mujer. Cuando nadie lo ve, Agúndez se baja la bragueta y saca la tortuga. Inquieta, la mujer que está a su lado le habla a su novio:
-Amor, el tipo que está a mi lado se abrió la bragueta y se le sale el pito.
-Mi vida -trata de calmarla el hombre, que sabe que la sala está llena-, a cualquiera le puede pasar que se le abra la bragueta y no se dé cuenta, y que se le salga por accidente el pito. Solamente no le hagas caso, no lo veas, y ya.
-Bueno... el problema es que su pito se está comiendo mis palomitas...

abril 19, 2010

Pepito conoce a los Locos Adams

La crisis afectó seriamente a los Locos Adams y tuvieron que encontrar todos nuevos trabajos. De modo que:
Homero abrió una consultoría.
Pericles se fue de mesero.
Morticia regentó un prostíbulo.
Merlina se fue de mesera.
El tío Lucas agarró chamba de electricista.
Dedos se fue de asistente de ginecólogo.
Y Largo decidió usar la plaza de maestro que había heredado.
Llega el primer día de clases para Largo, y le toca el salón de Pepito. Entra al salón y se presenta:
-Buenos días, niños. Mi nombre es Largo.
A lo que Pepito responde:
-No se preocupe, maestro... tenemos tiempo...

40cm

Eufrosina Agúndez llega con su padre, don Teodomiro, y le da la noticia de que se casa. Chapado a la antigua, el viejo Teodomiro Agúndez le exige a su hija que el pretendiente se presente en el domicilio paterno y pida formalmente su mano. Eufrosina, con tal de contraer nupcias con su adorado galán, le cuenta a éste la requisición de su padre, a lo que el galán, Nicómedes Yoruba, negro y cubano, responde:
-No se preocupe, Eufrosina mía, que con tal de yo casarme con usté, la pido a el señor su padre de usted.
Ahí van los dos a la casa Agúndez, cuando don Teodomiro descubre, escandalizado, que el pretendiente de su pequeña es de raza negra. Sin querer decirle a su hija que ese matrimonio es cosa que él no permitirá, le dice, estando Nicómedes presente:
-Hija, yo no voy a consentir que te cases con un hombre que no te pueda mantener.
Al escuchar esto, Nicómedes Yoruba interviene:
-Señó Agúndez, sépase usté que yo tengo propiedades en todo el país y en varias regiones del Caribe y Europa, que mis ingresos superan por mucho el promedio nacional y que mis negocios prosperan venturosamente.
Contrariado Teodomiro Agúndez, vuelve a dirigirse a su hija:
-Hija, yo no voy a permitir que te cases con un hombre cuya educación no sea correspondiente a la que hemos podido darte.
Nicómedes nuevamente interviene:
-Señó Agúndez, sépase usté, que yo tengo estudios en Lenguas Inglesas y Francesas Conremporáneas, una maestría en Economía y otra en Derecho Penal, siete especialidades en distintas áreas de la biología y las humanidades y dos doctorados, uno en Sociología y otro en Física Cuántica.
Por tercera ocasión, Teodomiro Agúndez arguye:
-Hija, yo quiero que tu vivas en un hogar honorable...
Nicómdes replica:
-Debe saber, caballero, que mi familia ha sido creadora de numerosas fundaciones que buscan proteger los derechos humanos, tenemos dos candidatos al Nobel de la Paz, nuestro apellido lo portan los más respetados diplomáticos del mundo y nuestras relaciones con todos los mandatarios e intelectuales del mundo son, además de frecuentes, altamente cordiales.
Sin saber ya qué decir, Teodomiro Agúndez espeta:
-Bueno, hija, yo lo que quiero es que tú seas feliz. Así que si el señor Yoruba no tiene un miembro de cuarenta centímetros, no consentiré esta unión.
A lo que Nicómedes Yoruba responde:
-Entérese, caballero, que si ésa es la condición que usted pone, estoy dispuesto a cortarme el miembro a la mitad.

El deforme

Va un sujeto caminando por la calle, cuando de pronto a su lado pasa un vehículo; de una de las ventanillas del carro se asoma un tipo y le grita al viandante:
-¡Adiós, deforme!
El peatón lo ve fijamente, levanta el brazo izquierdo y palmeándose la axila de ese lado con la mano derecha, responde a su agresor:
-¡Chúpame los huevos!

El ciempiés

Era un ciempiés que se tropezó, y se tropezó, y se tropezó, y se tropezó, y se tropezó, y...

marzo 03, 2010

La confesión

La mujer le dice a su esposo, a la semana de casados
—Mi amor, somos ya un matrimonio, pero me parece prudente que cada quien conserve sus secretos, así que los míos los voy a poner en una cajita. ¿Te parece bien?
—Ah, muy bien —dice el hombre—. Yo pondré los míos en un cajón del buró.
Pasan cincuenta años, y la mujer le dice al hombre.
—Mi amor, luego de cincuenta años de casados, creo que ya no tenemos por qué guardarnos secretos. Así que, ¿qué te parece si los dos nos mostramos lo que hemos ocultado durante cincuenta años?
—Ah, muy bien —dice el hombre—. Pero tú primero, porque tú fuiste la de la idea.
La mujer abre su caja de secretos y el hombre encuentra cartas de pretendientes y fotos de exnovios, y cigarros, algunas joyas, libros erótico y algunas flores marchitas.
—Mi amor, ahora quiero ver los tuyos —dice la mujer.
El hombre abre su buró de la cómoda, y la mujer ve ahí ocho pelotas de golf y treinta y dos dólares.
—¿Ocho pelotas de golf y 32 dólares? —pregunta la mujer— ¿Y eso qué quiere decir?
—Ah, es que por cada vez que te he sido infiel, he metido en el cajón una pelota de golf.
—Ah, pero ¿me has sido infiel? Bueno, a ver... bueno... ocho veces en cincuenta años no ha sido tanto. Pero, ¿y los 32 dólares?
—Es que cada vez que juntaba dieciocho pelotas de golf, las vendía a dólar.

Perspectivas

La hija le dice al papá:
—Papá, tengo algo que decirte: estoy embarazada.
—¡¿Qué?! Pero, ¿cómo es posible, con la educación que te he dado? ¡Pero, ¿quién es el canalla que te ha deshonrado de esta manera?! ¡Tiene que hacerse responsable de sus actos!
—Ah, no hay problema; en este momento me comunico con él —la hija marca un número telefónico, y dice: —Ricardo, pues mi papá ya sabe que estoy embarazada. ¿Vienes para acá? ¿En cuanto tiempo? Ah, muy bien: te esperamos —y cuelga la hija—. Ricardo está aquí en veinte minutos.
Pasados los veinte minutos se escucha que un automóvil se estaciona afuera de la casa, y a los pocos segundos tocan el timbre. La muchacha le abre la puerta, y es Ricardo. El papá lo ve que llega en un BMW último modelo, edición limitada, de lujo, el hombre recargado en cadenas, aretes y esclavas de oro, un reloj Cartier, y los billetes saliéndosele de las bolsas de que no le caben. Ricardo toma la palabra, y dice:
—Señor, muy buena tarde. En efecto, su hija está embarazada, y yo soy el padre. Una noche la llevé a un hotel, y fue ahí que sucedió todo. Lamentablemente soy un hombre casado y no puedo contraer matrimonio con su hermosa hija, pero me haré responsable del cuidado de nuestro hijo. Si es hombre, abriré un fideicomiso para asegurar su futuro, de un millón de dólares para empezar, cantidad que se irá incrementando hasta la mayoría de edad del muchacho; le organizaré asimismo una fábrica y empresas de publicidad para que él la maneje cuando tenga la edad y los estudios, que yo pagaré, pertinentes para ello, y así no le faltará nada. Si es niña, abriré el mismo fideicomiso y pagaré sus estudios, y la obsequiaré para cuando sea mayor de edad una cadena de hoteles o de restaurantes, según ella prefiera, para que los administre y no le falte nada. Si son gemelos o trillizos, cada uno se verá beneficiado según las condiciones que ya he especificado. Ahora que si lamentablemente el producto se pierde...
—Ah no... si el producto se pierde, usted se la lleva otra vez al hotel...