Estaban los dos viejitos sentados en una banca del parque, cuando de repente el viejito le dice a su mujer:
―Dorotea... he tomado una decisión.
―Muy bien, Teodomiro. Te felicito. Y, ¿qué decisión es ésa? ―le pregunta ella.
―He decidido que voy a escribir mis memorias... ¿Te acuerdas de algo...?
No hay comentarios:
Publicar un comentario