Discuten Ástor Piazzolla y Jorge Luis Borges:
―Yo soy el hijo de Dios.
―No, pibe, si yo soy el hijo de Dios.
―¿Vos? ¡Qué bah, che! Si es bien sabido que el hijo de Dios soy yo.
―Para nada... yo soy el hijo de Dios.
―Mirá, Jorge, ¿te parece si resolvemos este dilema? Le preguntamos al primero que pase quién de nosotros dos es el hijo de Dios, y problema resuelto. ¿Te parece?
―Mirá que has tenido una buena idea, Ástor.
En eso, enfrente de los dos pasa Julio Cortázar.
―¡Che Julio! Vení un momento y sacanos de una duda de una vez por todas. ¿Quién de nosotros dos es el hijo de dios?
Julio Cortázar responde:
―Che, no me metás en líos. Yo no tengo hijos.
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