Llega al puerto de Veracruz un barco de Estados Unidos con mercancía, listo para desembarcar. Como hubo tormenta, los estibadores del puerto hacen algunas advertencias a los tripulantes del navío:
—¡Suelten las anclas! —dice uno.
—What do you say? —le contestan desde el buque— I can’t understand you!
—¡Que suelten las anclas!
—I can’t undersand!
Pronto se dan cuenta de que en el barco no hablan español y buscan a un estibador que hable inglés. Dan con él, y éste se dirige a los botes:
—Hey, there, do you speak English?
—Yes, we do!
—Ah... ¡pues que suelten las anclas!
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